Siempre se ha dicho, y con razón, que
el público que asiste a un evento deportivo es soberano y tiene toda la
legitimidad del mundo para aplaudir y reprobar lo que está viendo. Si es de su
agrado aplaudirá a rabiar y si está muy disconforme, le pegará la bronca al
responsable. No soy mucho ni de aplaudir y de gritar, aunque después de tantos
años acudiendo al Sánchez-Pizjuán es normal que lo haya hecho más de una vez, y
dos. Pero lo que nunca me había ocurrido es que intentarán callarme la boca.
Por ahí no trago.
Si el respetable público está disconforme con la desastrosa
temporada del equipo del equipo lo más normal es que quiera públicamente
mostrar su disconformidad hacia los responsables. Éstos, se sientan en el palco
y ayer sábado protagonizaron un sonrojante capítulo en la historia del Sevilla
Fútbol Club. Como ya sabe media España, tras consumarse la derrota ante al Real
Sociedad se puso la megafonía del estadio a toda pastilla con un tema de heavy
metal, algo también insólito en la historia sevillista. Habitualmente sonaba al
final de los partidos el himno de Ángel Luis y
Manuel Osquiguilea de Roncales pero ahora han optado por el grupo AC/DC para
impedir que se escuche la voz de la afición y un tema que se llama Autopista al infierno. Claramente, lo han bordado.
Como no hay hasta ahora explicación
alguna desde la planta noble del Sánchez-Pizjuán, la única conclusión que se
puede sacar es que se intentó impedir la libre opinión de la afición diciendo
que aquí se hace y se dice lo que yo quiero, algo muy peligroso en
democracia por mucho que diga el presidente que las puertas de su despacho
están abiertas a todos los aficionados. La jugada le ha salido al responsable
muy mal porque los aficionados en lugar de callar van a mostrar su
disconformidad con más fuerza.
Sólo
queda un partido de Liga esta temporada en el Sánchez-Pizjuán. Será la última
jornada ante el Valencia y el Sevilla seguramente llegará sin opciones
europeas. La afición quiere acudir a ese partido para despedir a Andrés Palop,
que deja el Sevilla tras siete gloriosos años. Habrá un tifo especial para
despedir al portero que tanta gloria ha dado al club. Tristemente, el
sevillismo también tiene ahora la intención de acudir a ese partido para airear
con más fuerza si cabe su descontento. Esperemos que un grupo de heavy metal no
lo impida en esta ocasión y que quién se pegó baños de masas levantando seis
títulos, se de cuenta de que lleva varios kilómetros circulando contramano y que, al menos, debe dar una explicación.
Buenos dias acabo de descubrir tu blog y ya me he unido a el. Lo expresa todo claramente y sin tapujos es verdad que cuando todo iba viento en popa y solo habia bondades desde el club siempre se comunicaba todo. Ahora cuando las cosas van mal se esconden y no dan la cara ninguno de los dirigentes y eso es de COBARDE. Pero claro que se va a esperar de un presidente que esta CONDENADO por ROBAR. Pues nada que le sigan aguantando que este año no pero el que viene el equipo luchar por no descender por culpa suya ya que no sale en defensa del club ante las ultimas actuaciones arbitrales ya que no puede decir en ningun momento que al Sevilla le han robado porque le pueden responder pues mas has robado usted que esta hasta condenado por ello.
ResponderEliminarY ya se le vera un numerito este verano en la campaña de abonos yo mientras siga el de presidente dejare de sacarme el carnet y seguir dandole el dinero a un ladron.
Un saludo-
Muy bueno el articulo y totalmente de acuerdo...
ResponderEliminarUn saludo de juan jose.