domingo, 2 de diciembre de 2012

Mi tío Pedro, el rey de los García-Junco

Pedro y Gonzalo García-Junco

Mi tío Pedro ha fallecido hoy. Tenía 57 años y se ha ido muy feliz de este mundo. Un mundo que, probablemente, no estaba hecho para él pero que supo hacerlo suyo con la máxima naturalidad. Siempre fue feliz, e hizo feliz a todo aquel que pasó algún momento de su vida con él. Fue el menor de los 13 hermanos García-Junco Rodríguez-Jurado y seguramente haya sido el más listo e inteligente de todos. Su memoria  asombraba; su humor agudo e ingenioso, desternillaba; su constancia, puntualidad y capacidad de sacrificio, deslumbraba y su generosidad, contagiaba. Podría contar de Pedro cientos de anécdotas y vivencias. A veces te soltaba una verdad como un castillo que era capaz de ponerte en tu sitio, o su inocencia le hacía meter la pata de tal forma que el pobre no sabía dónde esconderse a la vez que se partía de la risa. Le estoy viendo la cara ahora mismo, con los labios apretados aguantando la carcajada que al final no tenía más remedio que soltar. Ver esa cara bien vale una vida. Así era Pedro, una persona entrañable que sabía ganarse lo que quería con el acento pícaro de su simpatía. A veces era algo gruñón, pero siempre afloraba a los pocos minutos su extrema bondad. Le encantaba contar chistes, gastar bromas y poner un apodo a todo el que se le pusiera por delante. Era su especialidad, al igual que su peculiar vocabulario –consecuencia de su agudeza mental- que tanta escuela ha creado en mi familia y que tanto nos gusta utilizar. Estos últimos años que ha estado más enfermo, sus hermanos han dado el mayor ejemplo de amor y cariño que se puede tener con un familiar. Ya lo hicieron cuando se fueron otros antes que él y ahora que caigo, seguramente decidieron irse antes para prepararle un gran recibimiento y que Pedro no se sintiera solo. Porque dejar de estar un minuto con Pedro era dejar de pasar el mejor de los ratos posibles. Los niños, Angelote, Juan Adolfo, Gonzalo, Jesús, Manolo y Salvador seguro que ya le están haciendo alguna perrería de las suyas mientras que las niñas, Agustina, Marilú, Angélica, María y Rosario, le estarán mimando y ya le habrán preparado una jarra bien grande para que se tome una fanta. Hoy será un día en el cielo especial porque Pedro siempre ha sido una persona especial. Cuando nació, Dios quiso bendecirlo para siempre, tanto a él como a su familia, con el síndrome de down. Un beso Perico. 

2 comentarios:

  1. Pedro no solo fué un regalo para su familia, sino para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y convivir con él, al menos, algunos momentos.

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