La crisis
desatada en el Consejo de Cofradías no es más que la demostración palpable de
la pérdida de valores de esta sociedad. Siempre he creído, y me resisto a
pensar lo contrario, que los principales fines de las cofradías son dos: rendir
culto a Dios, desarrollar una laboral pastoral y evangelizadora y una fraterna
convivencia entre sus hermanos. No hay más, y quién piense otra cosa está
equivocado. A la pérdida de valores de esta sociedad hay que sumarle una enorme
crisis de fe del pueblo, y buena culpa de ellos también puede que la tenga la
Iglesia, a la que urge una profunda autoreflexión. Episodios como el ocurrido Consejo de
Cofradías ocurren lamentablemente en todas las hermandades, lo cual es aún
mucho peor. Todos conocemos las lamentables guerras internas que hay en muchas
hermandades cada vez que llegan las elecciones. Se han dicho y hecho auténticas
barbaridades unos a otros, supuestamente hermanos,
demostrando al máximo que lo único que interesa es el ¿poder? de una vara
dorada o un puesto en una junta para no sé muy bien qué, la verdad. En todas
las hermandades hace falta una limpia profunda de personas que lo único que
quieren es jugar a los pasitos, tener la mejor candelería para su paso de palio
y partirse el pecho porque que su banda de música es la que mejor toca las marchas. Si todo eso es
para rendir culto a Dios me parece perfecto pero me temo que la gran mayoría no
sabe ni de lo que estoy hablando. Así que lo mejor es que se queden en su casa,
se lean las reglas de su hermandad e intenten llevarlas a la práctica lo mejor
posible. Lógicamente, yo el primero.
Muy de acuerdo con este magnifico, real y aclarador artículo. Deberíamos ser conscientes de los fines que debemos conseguir y trabajar por la unidad de nuestras Cofradías y/o "hermandades" y mediante ellas trabajar por y para Dios; su Culto y el bien de todos sus hijos.
ResponderEliminarA partir de hoy, seré un seguidor asiduo de este "rinconcito" de pensamientos.
Saludos.