No conozco personalmente a Marina
Alabau ni tampoco a Juan Manuel Sánchez Gordillo. Los dos han sido protagonistas
durante el día de hoy y cada uno me ha provocado unos sentimientos
completamente opuestos. La primera, sevillana de Mairena del Aljarafe, ha regalado
una enorme sonrisa a todo el país cuando se ha proclamado campeona olímpica en
su especialidad de windsurf. Ver las fotografías que iban llegando al periódico
sobre cómo lo ha celebrado era ver la cara de la felicidad en persona de una
mujer que seguro ha tenido que trabajar durísimo para llegar a ser campeona
olímpica demostrando que todo es posible en esta vida a través de la dedicación
y el esfuerzo personal. Del otro, del diputado Sánchez Gordillo, que esta tarde
ha atracado un supermercado en Écija para darle la comida a los necesitados, no
he podido sentir más que pena por ver cómo prosigue con un discurso obsoleto
que no llega a ningún lado llamando expropiación a lo que ha sido un robo en
toda regla para justificar su comunismo. El fondo de ayudar a quién no tiene es
bueno, pero las formas le pierden completamente y hunde y resta más crédito a
una clase política ahora mismo en horas muy bajas y de la que espero reciba una
buena reprimenda. Iluso de mí. Por ello, y como diputado andaluz que es y por
lo tanto empleado mío, le invito a que tome buena nota de Alabau y aprenda que
con esfuerzo, dedicación y un poco más, o bastante educación se pueden lograr
muchas más cosas que atracando supermercados, incluso sobre una tabla de windsurf.
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