El alcalde de
Sevilla, Juan Ignacio Zoido, se ha llevado un duro revés cuando ha revisado las
cuentas de la final de la Copa Davis del pasado diciembre y ha visto cómo se ha
perdido un millón de euros en un evento que puso a Sevilla en muchas
televisiones de todo el mundo durante un fin de semana y del que, a la vista
está, no se ha sabido sacar rendimiento económico. Otra cosa son
las cuentas de los hoteles, restaurantes y taxis, que seguramente presentaron
un balance positivo durante aquellos tres días. Antes de la competición, la
Junta de Andalucía se cayó del cartel y anunció que no se pensaba retratar en la Davis porque
entendía que la inversión no tendría retorno. Zoido replica que con ese dinero
institucional las cuentas se habrían equilibrado. Es decir, que con dinero
público se podía haber tapado el agujero económico. Así nos va. Al bueno de Gregorio Serrano,
todopoderoso concejal de Zoido, le tocó dar la cara y anunciar a los
sevillanos, a través de los periodistas, que la Copa Davis que iba a ser tan
maravillosa y no nos iba a costar nada, al final ha dejado una roncha en el
Ayuntamiento de casi un millón de euros. Se gastaron 3,7 millones de euros, más
de un millón que en la final de 2004, y tan sólo se ingresaron 2,8 millones. El
resultado: una calamidad de 965.844 euros marcados en rojo que habrá que quitar
de otra maltrecha partida municipal. Durante sus explicaciones, Serrano intentó
aliviarse del marrón que le tocó en suerte arguyendo que al menos nos queda la
cubierta, que costó 430.000 euros y que no ha sido robada como pasó con la de
2004. Menos mal. Seguro que más de uno ha respirado tranquilo porque tenemos la
cubierta, aunque desde diciembre esté guardada y sin saber dónde colocarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario